El diseño comienza con el lugar. Ubicada en un terreno inclinado y singular junto a un cuerpo de agua navegable, la vivienda surge de una lectura atenta del terreno y del fuerte deseo de los clientes por mantener una conexión lo más directa posible con el lago, respetando al mismo tiempo las distancias regulatorias. Desde el inicio, abordamos el proyecto desde dos perspectivas clave: la experiencia desde la carretera superior, donde la privacidad y la forma en que la casa se asienta en el paisaje eran fundamentales; y la experiencia interior, definida por la luz, las vistas y el recorrido a través del espacio.

La distribución resultante es sencilla y deliberada. Allí donde la casa se encuentra con la tierra, se presenta como un volumen sólido: anclado, protector y reservado. La secuencia de entrada se centra en la interacción social y en los aspectos prácticos de la llegada, reteniendo intencionadamente el drama del entorno. Solo al girar una esquina se revela la magnitud del paisaje y la presencia del lago.

La vivienda se construye principalmente con (CLT) y piedra caliza estructural vista, materiales que no solo dialogan con el entorno natural, sino que también ofrecen importantes ventajas en términos de eficiencia constructiva. Ambos permiten la prefabricación fuera de obra y un montaje ágil in situ, lo que contribuye a una huella de carbono baja, incluso potencialmente negativa. Una fachada ventilada de bambú recubre el exterior, mientras que los grandes ventanales permiten vistas generosas y una apertura total de la casa siempre que sea posible, ampliando las zonas habitables al integrar las terrazas como una extensión natural del interior.